sábado, 12 de enero de 2013

COMIDOS VIVOS (Eaten alive - Mangiati vivi)



http://www.fulltv.com.ar/peliculas/comidos-vivos.html
 (pulsa para ver película completa en español y en buena calidad)

    Después de un largo período sin publicar nada en este blog y tras un viaje intenso por Africa (en busca de antropófagos perdidos?) vuelvo con fuerza con esta nueva película. "COMIDOS VIVOS", un film italiano de 1980 dirigido por el inefable Umberto Lenzi, uno de los creadores del género "canibal", el autor de esa obra maestra del canibalismo salvaje -dos años posterior a la que nos ocupa - conocida como Canibal Ferox, también publicada en este mi blog. En esta ocasión la acción se desarrolla en la isla de Papúa Nueva Guinea, una tierra donde los caníbales y las tribus más primitivas del mundo dan buena cuenta de todos los incautos occidentales que aciertan a pasar por alli. No obstante, la película se inicia en las cataratas del Niagara y en Nueva York, donde tienen lugar unos extraños asesinatos que poco tiene después que ver con el desarrollo de la trama. Da igual, quedan bien y le dan un toque diferente.
  En Nueva York (ciudad predilecta para este género de películas canibales; todas tienen escenas de Manhatan.), una chica de buen ver (Janet Agren) acude a un científico antropógo (Abel Ferrara) para que le de alguna pista del paradero de su hermana, perdida en algún lugar de Nueva Guinea. Este buen señor le asesora y le advierte que pudiera hallarse entre los miembros de la Secta de la Purificación; una secta de occidentales refugiada en la impenetrable selva de aquella remota isla del Pacífico. Ni corta ni perezosa, la maciza se desplaza hacia Papúa Nueva Guinea y llega a su aeropuerto en un avión de las líneas aéreas de Pakistán. (hecho extraño cuando menos). Allí contacta con un aventurero (Robert Kerman, actor de películas porno setenteras) que por una módica cantidad se ofrece a guiarla por el interior de la selva a la busca de su hermana. Tras muchos peligros y visicitudes; encuentro con canibales incluídos, alcanzan el poblado de la secta y se produce el encuentro con las dos hermanas. Pero no todo es idílico, la secta la lidera un lunático americano que lanza proclamas antioccidentales y que con singulares brebajes droga y narcotiza a todos los miembros para controlar su voluntad. Y nadie puede huir del lugar porque numerosas tribus de salvajes canibales rodean el poblado y andan siempre ávidos de carne humana que echarse a la boca. Finalmente, matanzas y pantagruélicas comidas humanas incluídas, nuestros héroes logran huir del infierno de Papúa y regresan a Nueva York para narrar su experiencia. Antes, todos los miembros de la secta acaban suicidándose tal como les exige el lider. Un par de años antes, en la Guayana francesa, ocurrió un hecho similar con una secta milenarista y su cabecilla, Jim Jones, incitó al suicidio colectivo de todos los miembros. Sin duda este episodio se refleja en el film de un modo casi calcado.
  "Comidos Vivos" es una interesante película que mezcla las aventuras en parajes exóticos con el canibalismo y el gore desenfrenado. Un placer para el paladar de los cinéfagos: selvas impenetrables, tribus antropófagas, gore explícito, tias en tetas, lider loco de una secta, aventureros...... Hay escenas míticas como la del muy explicito rebanamiento de miembro viril o el buffet de los canibales con la hermana de la protagonista, que a mi me apetecería hacerle algo más que comermela. Le cercenan una gran teta ante sus aterrados gritos y la devoran con gula. Poco a poco la van sajando y se la van comiendo viva hasta que optan por abrirla en canal y comerle sus intestinos. Memorable. Como también memorable me pareció el caldo de serpientes.
  La pelí se rodó en Sri Lanka y tiene la desverguenza y el desenfado de las películas italianas de zombies, de terror o de canibales de los años setenta. (quien te ha visto y quien te ve Italia). Hay escenas de matanzas reales de animales - muy cruda la de la serpiente devorando al monillo -, de desnudos gratuitos y de gore brutal. La mano de su director, Umberto Lenzi, es muy evidente.
  Imprescindible para los amantes del género.






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